Monasterio de los Huelgas Reales
Se construyó en los siglos XII-XIII por orden de Alfonso VIII y su esposa Leonor Plantagenet (hermana del famoso Ricardo Corazón de Leon) para la orden cisterciense, y fue panteón real y lugar de retiro espiritual de las damas de la nobleza de la época. La abadesa era un miembro de la Casa Real. Fueron muchos los privilegios que obtuvo este monasterio llegando incluso a depender directamente del Papa, de tal forma que la abadesa estaba por encima del propio obispo de Burgos.
Monasterio de San Pedro de Cardeña
Es una abadía trapense situada en Castrillo del Val, a 10 km del centro de Burgos. En esta abadía, el 6 de agosto del año 953, sus doscientos monjes fueron martirizados por los musulmanes, conocidos como los «Mártires de Cardeña». Era en el claustro donde, hasta el siglo XIV se producía un misterioso milagro que tintaba la tierra de color carmesí.
La Cartuja de Miraflores
La Cartuja de Miraflores es un monasterio edificado en una loma a unos tres kilómetros de Burgos. Es una joya del arte gótico isabelino. Destaca su iglesia con portada occidental y su retablo mayor, obra de Gil de Siloe. Una auténtica maravilla. A los pies del retablo encontramos un conjunto de sepulcros reales obra del artista Gil de Siloé por encargo de la reina Isabel la Católica y que pertenecen a Juan II e Isabel de Portugal.
La Catedral de Burgos
Esta impresionante catedral declarada Patrimonio de la Humanidad es uno de los mejores exponentes del arte gótico en Europa. Su construcción comenzó en 1221, siguiendo patrones góticos franceses, aunque en siglos posteriores sufrió algunas modificaciones. En la catedral se conservan obras de artistas extraordinarios, destacando el cimborrio de Juan de Colonia, el retablo de Gil de Siloé y la renacentista escalera dorada de Diego de Siloé.
Museo de la Evolución Humana
El Museo de la evolución humana (MEH) está situado en el Paseo de la Sierra de Atapuerca, junto al río Arlanzón, en una zona de recreo y esparcimiento para los burgaleses. Diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg, es uno de los museos más visitados en Castilla y León. Se trata de un edificio de amplias dimensiones, de planta rectangular, recubierto en su mayor parte de cristal.
El Castillo y las Murallas de Burgos
El Castillo de Burgos se encuentra en el cerro de San Miguel elevado 75 metros sobre el nivel de la ciudad. Levantado por el conde Diego Rodríguez Porcelos en el año 884, en los tiempos de la Reconquista. Fue edificado en el mismo emplazamiento en el que existieron dos torres defensivas. A lo largo de la historia sirvió de prisión de personajes ilustres como los reyes García de Galicia y Alfonso VI de León. Sirvió también como fábrica de pólvora y más tarde, las tropas napoleónicas lo hicieron estallar por los aires.
Puerta de Santa María
El Arco de Santa María es uno de los monumentos más emblemáticos de Burgos que constituía en la Edad Media una de las antiguas doce puertas de acceso a la ciudad. Este arco comunica el puente de Santa María, sobre el río Arlanzón, con la plaza del Rey San Fernando, donde se erige la catedral.
El museo de Burgos y las Casas de Íñigo Ángulo, Miranda y Melgosa
El Museo de Burgos se encuentra en el interior de los palacios renacentistas conocidos como las Casas de Íñigo Ángulo, Miranda y Melgosa. La Casa Miranda acoge la sección de Prehistoria y Arqueología y la Casa de Iñigo Angulo la sección de Bellas Artes. La Casa Melgosa y los solares del antiguo Cine Calatravas, aún no restaurados, se destinarán en un futuro a las secciones de Artes Decorativas y de Arte Contemporáneo.
Paseo por el Espolón
El Paseo del Espolón es el paseo arbolado y ajardinado más céntrico y popular de Burgos. Fue creado a a finales del siglo XVIII configurándose durante el siglo XIX, Conecta el Arco de Santa María con el Teatro Principal y está considerado como “el salón” de la ciudad.
Paseo por el Parque Isla
Es un paseo de corte romántico que dispone de una gran variedad botánica, así como de varios monumentos que merece la pena visitar. Se encuentra en la margen derecha del río Arlanzón y recorre unos 800 metros, desde el puente de Malatos hasta el puente de Castilla. A finales del siglo XIX se construye una vistosa y artística cascada, empleando estalactitas y estalagmitas de la cueva de Atapuerca, formándose con ella una gruta abierta en la parte posterior del estanque. Sostienen la parte rocosa dos figuras representativas de otras tantas sirenas.
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