Imagina un bosque tan frondoso que podría aparecer un hada o un gnomo (incluso un hobbit) en cualquier momento… Pinta el suelo de rojo sangre y el cielo de mil tonos de verde i ocre y tienes la Selva de Irati. El segundo hayedo y bosque de abedules más grande y mejor conservado de Europa (después de la Selva Negra alemana) vale la pena. El entorno es casi virgen y es perfecto para desconectar, hacer fotos, hacer senderismo y disfrutar de un paisaje tan único que no te creerás que uno de los lugares más mágicos de España esté tan cerca.
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